El pasado fin de semana tuve la oportunidad de participar de un taller de prácticas somáticas con David Weinstock. David es instructor de Aikido, prácticas somáticas y Comunicación No-violenta. Cuando podemos estar atentos a lo que sucede en el cuerpo cuanto interactuamos con los demás, a todo lo que nos pasa, cuando permitimos que el cuerpo nos ayude a comunicarnos, nuestra comunicación es más plena, más conectada con lo que pensamos, sentimos y queremos decir.
Una de las prácticas que compartió con nosotr@s fue el imaginarnos que somos el centro de una esfera y que la persona a la que escuchamos está dentro de ella. Cada uno tienen su centro, cada uno tiene su esfera; invitamos al otro y nos dejamos invitar a esa esfera. Es una esfera que incluye, no una barrera. Puede entenderse de las dos maneras, pero la intención es expandir e invitar al otro que quiero escuchar, con él que me quiero conectar.
Mi experiencia fue que me podía concentrar más en lo que estaba escuchando, la persona se volvía más clara a mis ojos, como si fuera más radiante, real, resplandeciente. Puede conectar más conscientemente con lo que escuchaba y estar presente con lo que me mis sensaciones al escuchar.
Incluir el cuerpo en nuestra comunicación de manera consciente es una manera de llevar luz a aquello que nos conecta y descubrir aquello que nos aleja y desde ahí transformarlo o tomarlo como una manera de auto-descubrimiento.
Claudia Sánchez.
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