Me entristece un poco cuando escucho a personas que trabajan en empresas donde parece que su ser esencialmente humano no puede desplegarse o mostrarse con autenticidad y empatía. Parece ser que asociamos ciertas profesiones e industrias con un tipo de comunicación que no incluye lo que sentimos o la misma empatía.
Y sí, en el día a día necesitamos resolver, concluir, ser eficientes, pero se nos va olvidando que detrás de una mente eficiente o un "buen" profesional" hay una persona. Esta forma de trabajar nos deja con un hemisferio izquierdo hiperactivo y un hemisferio derecho que se va durmiendo y desconectando. Nuestras conversaciones y formas de relacionarnos con los demás se vuelven funcionales y dejamos de lado lo relacional y la calidez del hemisferio derecho. Maltratamos, alzamos la voz, no escuchamos, hablamos encima del otro, criticamos, juzgamos, etiquetamos, culpamos, sostenemos dinámicas de poder nocivas y que terminan desgastándonos y enfermándonos. ¿Podemos sostener un mundo donde ese es el diario vivir de la mayoría de lugares donde se generan recursos e ideas que afectan al mundo?
Es importante mantener el balance entre nuestra parte lineal y funcional y nuestra parte creativa, asociativa y empática. Necesitamos vivir de manera más integral siendo quienes somos: un ser que piensa, siente, tiene motivaciones y sueños a cada aspecto de nuestra vida.Poder traer la consciencia e intencionalidad a nuestras conversaciones e interacciones con las personas, vivir con intención, sentido y propósito. Pero, ¿Cómo humanizar más nuestras formas de trabajar? Acá algunas ideas para poder empezar:
Tener un espacio y tiempo diario para conectar con nosotros mismos, para preguntarnos cómo estamos, cómo nos sentimos, qué queremos, qué es importante y conectar con posibles acciones para acercarnos a aquello que valoramos. Esto puede hacerse en menos de 5 minutos.
Notar el cuerpo mientras trabajamos e interactuamos, notar nuestras sensaciones corporales, nombrar para nosotros mismos como nos sentimos. Puede ser que en una reunión nos duela la panza al escuchar algo, que nos sintamos emocionados o enojados, notarlo y nombrarlo mentalmente: "me duele un poco la boca del estómago, me siento contenta, me siento irritada". Esto se puede hacer cada vez que te acuerdes o tengas una emoción/sensación que llame tu atención.
Recordar respirar conscientemente, mientras escribo este párrafo lo estoy haciendo, paro un poco, miro al frente y respiro profundo, continuo. Al principio, tal vez necesites poner una alarma 3 veces al día para acordarte, con el tiempo vendrá orgánicamente.
Cuando leas el mail de una persona o estés escuchando a un compañero de trabajo, toma consciencia de sus palabras, escucha activamente, nota si estás distraído o atento, nota que sientes cuando escuchas o lees a la persona, activa tu empatía, activa tu curiosidad, imagina que es ver la vida desde esa persona. Puedes elegir una sola persona para practicar esta forma de escucha o cada vez que recuerdes o lo necesites... especialmente si te sientes estimulado, confuso o molesto.
En Comunicación Plena acompañamos y asesoramos organizaciones en construir culturas corporativas basadas en valores, diálogo, compasión, eficiencia y responsabilidad social desde las relaciones y conversaciones. Creemos profundamente que entre más humana una empresa, más eficiente y conectada a su razón de ser es.
Claudia Sánchez
Facilitadora de Comunicación Plena y Noviolenta
Comunicación Plena
+573196500685

Muy buen articulo Claudia. Siento que lamentablemente en varios contextos laborales y sociales seguimos cayendo en la instrumentalización de prácticamente todo, lo que nos lleva a un mecanicismo absurdo que no nos deja desplegarnos como seres integrales. Gracias por compartir.