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El conflicto con potencial de transformación y restauración

Creo que fui educada para evitar el conflicto a toda costa y esto me ha llevado a dos escenarios: a dejar de ser autentica, ceder, morderme la lengua para evitarlo o, a sentirme culpable o "conflictiva" cuando inicié un conflicto.


Según lo que he investigado, existen distintos tipos de conflicto: reales, imaginarios, inventados, intrapersonales, interpersonales, intragrupales, intergrupales, relacionales, de intereses, éticos y de valores, de liderazgo y poder y de personalidad. Para leer más sobre cada uno de estos ir aquí.


Más allá del tipo de conflicto, el conflicto hace parte de la vida y en sí mismo esconde el potencial de cambio, transformación, escucha, honestidad, reconciliación y restauración. Muchas veces, cuando las personas están en conflicto es porque realmente les importa algo, hay un anhelo, valor o necesidad tan importante que los mueve a buscar un cambio, a manifestar insatisfacción o sus emociones. La tendencia es minimizarlo, acallarlo, evadirlo, tal vez, retirarse tan pronto como sea posible o esperar a estar calmados para en algún momento hablar. Lo que pasa es que a veces se diluye lo que realmente nos importaba o disparamos palabras sin filtrarlas con nuestra consciencia.


Para mí ha sido muy importante conectar con las sensaciones de mi cuerpo, reconocer cómo mi cuerpo y en general el sistema nervioso funciona. Sentir el dolor en la panza cuando algo no se siente bien, sentir como que se me bajan los colores o se me suben. Hay situaciones más complejas que otras, hay personas con las que nos es difícil comunicarnos, tal vez personas que queremos mucho o con las que interactuamos con frecuencia.


Cuando podemos vernos, reconocer que es lo que estamos pensando, qué es lo que estamos sintiendo y qué es lo que realmente necesitamos, el conflicto puedo ser una puerta a tener conversaciones que normalmente no tenemos, a sincerarnos, vulnerarnos y conocernos un poco más a nosotr@s mism@s y a los demás. Pero es incómodo y necesitamos herramientas y habilidades para poder navegarlo y poder enfocarnos en su lado restaurativo.


La Comunicación No Violenta es una herramienta y manera de acercarnos a la vida que permite mantenernos enfocados en el aspecto restaurativo de nuestras relaciones, nos enseña a no temerle al conflicto, a ser conscientes del balance necesario entre la honestidad y empatía para que podamos conectar, pertenecer, co-crear y evolucionar a partir de nuestras relaciones.


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